Un hasta nunca que dura dos semanas
Hay amores eternos que duran un fín de semana, dijo el poeta, y una conversación también, añade K. Mi marcha, y por extensión la de ese inquilino molesto que habita en mis rincones desde mi nacimiento, es inminente. Así que mis alocados apóstrofes harán una deliciosa pausa que tendrá la perfecta duración de catorce días. El objeto de mi marcha? No puede ser otro que mi intento reiterado y fallido de asesinar a K. En esta ocasión ahogándolo en las aguas cristalinas de una playa perdida en el otro lado del mundo. Hace semanas que K me observa desde su sombra en el rincón con ojos tristes, sabiendo que su existencia ya conoce caducidad. Sabiendo que, sin duda, mi amor por él es ya doloroso y, por tanto, necesitado de una amputación tan pronta como esperada. K no ha derramado ni una sóla lágrima, más nunca lo hizo. Jamás las tuvo, pues era yo quien las vertía por él. Evidentemente no escuché en todo ese tiempo ni una sola muestra de agradecimiento de su boca pequeña, pero también es necesario decir que no la deseaba en absoluto. El final de K es, pues, inminente. Triste? Desde luego. Creeis que no lo amo? No amaba Caín a Abel mientras hundía aquella funesta quijada en su sorprendida cabeza? Claro que amo a K. Amo sus silencios crepusculares más que ninguna otra cosa en la vida. Amo su negra idiosincrasia más que ninguna otra cosa en la vida. Amo la forma en que transformó mi vida en un túnel sin fin más que ninguna otra cosa en la vida. Serán más largas las noches sin K. Más larga la vida. Se marchitarán mis ojos sin duda, me quedaré sin nada para tenerlo todo. Ya lo hice otras veces.
Lo que me aterra es que de ese viaje no sea yo quien regrese. Tal vez vuelva K fortalecido, engañando a todos, robando afectos que no le pertenecen, envenenando mi aire mientras mi cuerpo flota hinchado en una playa de aguas cristalinas. Entonces, un pequeño pez tropical nadaría despistado cerca de mi rostro azulado y en su corta memoria quedaría registrada la más amplia sonrisa que se haya visto nunca. La sonrisa de un cadáver que sabe a ciencia cierta que mañana será otro día.
Lo que me aterra es que de ese viaje no sea yo quien regrese. Tal vez vuelva K fortalecido, engañando a todos, robando afectos que no le pertenecen, envenenando mi aire mientras mi cuerpo flota hinchado en una playa de aguas cristalinas. Entonces, un pequeño pez tropical nadaría despistado cerca de mi rostro azulado y en su corta memoria quedaría registrada la más amplia sonrisa que se haya visto nunca. La sonrisa de un cadáver que sabe a ciencia cierta que mañana será otro día.
12 comentarios
PoisonGirl -
Saludos
Yorik -
El Tuccamen -
* SaRa * -
(como me gusta que me llamen princesa, q gonito, jejeje)
K -
* SaRa * -
* SaRa * -
mua!
K -
* SaRa * -
zero -
Sr. K -
PD. Ya nos veremos, gañán... Cuídate mucho!
zero -
Este tipo de muerte que usted me describe no es, para nada exacto al tipo de muerte que usted me diria quetendria en aquellos lares....no voy a caer en hacer una somera descricion ni siquiera de lo que me dijo.... pero esta version que usted a contado es muy ligth.
si mas, espero desearle una feliz estancia alla donde va y sobre todo, sobre todo......
emobrachate folla.. folla mucho rompe ojetes, come coños hasta la saciedad... esto......... me pasado no??
P.D. Sr. k a ver si e me libra uste de esa parte de personalidad ke no le permite salir dos dias seguidos (dia en casa dia perdido)